El estudio es un vehículo que nos ayuda a
estructurar la personalidad mediante la
adquisición de conocimientos, enriquecimiento de vocabulario, desarrollo de valores
y destrezas.
Sin embargo, una de las mayores causas del bajo
rendimiento académico está determinada por la falta de principios, métodos o
procedimientos para estudiar; lo cual
da como resultado una pérdida de tiempo, desmotivación hacia el estudio y por
ende la frustración personal y profesional (en muchos casos).
El problema radica en
que la mayoría de la gente asocia la palabra “estudio” con una imagen tediosa y
desagradable. Lo cual indica que no han aprendido los secretos de una técnica amena para adquirir los conocimientos. La inteligencia no es el único factor que favorece el rendimiento de un alumno
(a), pues está más que comprobado que estudiantes con coeficientes altos han
fracasado, mientras que otros menos dotados pero con mayor organización y método han recibido importantes triunfos y
éxitos académicos.
La experiencia ha demostrado que el fracaso puede ser superado con
responsabilidad, interés, organización, método de estudio y no con
castigos que agraven el problema. Hacer que el estudio se convierta en una tarea agradable es
responsabilidad del estudiante, padres
- madres de familia, docentes y sociedad en general; pero no debemos
dejar de lado que el aprendizaje es una actividad cuyo
protagonista es el sujeto que aprende. Todo lo demás, incluido el docente, es importante
pero no ocupa el papel principal. De
tal forma que para garantizar el
aprendizaje, no es suficiente con la asistencia del estudiante, con su
presencia física en clase, o con la acumulación de horas frente a un libro.
Quien desee aprender debe adoptar una actitud activa, debe asumir
su protagonismo y superar la tendencia a la comodidad, a la pasividad. Toda
técnica de estudio, toda estrategia para la optimización del aprendizaje, parte
de este presupuesto. Si no existe una
motivación interna, nada se podrá
lograr.
Por
lo cual es válido hacer una relación
entre el estudio y el deporte.
Por ejemplo el fútbol: para
jugar un partido el domingo, los jugadores
han estado entrenado varias horas, corriendo, haciendo toda una serie de ejercicios durante la semana, que
a simple vista, algunos creerían que nada tienen que ver con
el partido. A pesar de su cansancio los
jugadores, han completado el entrenamiento. El resultado: un buen desempeño el
día del partido. Por tal razón conocer y practicar técnicas de
estudio adecuadas (acordes a las necesidades del estudiante) es la forma óptima
de enfrentar el reto de estudiar
y aprender. Las técnicas de estudio,
son el medio de aprender a aprender…
Es
básico que los métodos de estudio tengan un enfoque eminentemente preventivo en su aplicación. Y este
enfoque debe ser global, en la medida que se debe dirigir a todos los alumnos:
a los que tienen dificultades en la adquisición de sus aprendizajes escolares y
a todos aquellos que deseen mejorar su forma de estudiar. Un alumno puede
motivarse para aprender a estudiar mejor, mientras que otros pueden hacerlo
para estudiar mucho mejor de lo que lo hacían y optimizar así sus recursos
personales. La importancia de la aplicación de los métodos de estudio reside en
la relación entre el enseñar a estudiar y el propio proceso de aprendizaje de cada una de las materias.
Los centros educativos deberían incluir en sus programas una materia llamada "aprender a estudiar" o bien,
incorporar métodos que faciliten el conocimiento de las distintas técnicas que
el alumno debe utilizar para aprender.
·
Algunas pautas para el estudio de una
lección (de una clase) pueden generalizarse en cinco aspectos:
Prelectura de la materia, anotaciones marginales (subrayado de las ideas
principales), lectura de estudio o de repaso, resumen del contenido y finalmente un esquema gráfico que permita
reforzar la memoria visual.
No se debe olvidar que
todas estas técnicas suponen la comprensión de lo leído o escuchado.
Comprender es lo primero y fundamental,
si no hemos comprendido lo leído, tanto el subrayado, el esquema o el resumen, carecerán de valor.
De lo anterior se desprende que el estudio es
una actividad personal, consciente y voluntaria que pone en funcionamiento las facultades intelectuales con el fin de conocer , comprender ,
analizar, aplicar y construir continuamente
los conocimientos. Es un aprendizaje que lleva al desarrollo de
las habilidades y aptitudes por medio del ejercicio y la práctica (igual que en un deporte).
El método de estudio
necesita de un conjunto de etapas y fases:
A.
Ambientación.
Propiciar un medio
adecuado para el aprendizaje. Antes de
iniciar la sesión de estudio, se debe desocupar la mente de todo lo que sea
ajeno al tema y adoptar una actitud mental de curiosidad.
B.
Estudio.
El cual a la vez se
puede subdividir en 5 etapas:
1. Visión
general.
2. Planteamiento
de interrogantes.
3. Lectura
dinámica.
4. Resumen
escrito u oral.
5. Repaso.
1- Visión general: la idea es dar un vistazo rápido al
contenido, su propósito es tener una idea general del tema, que permita
captar la estructura y sus relaciones. Es como ver el “avance” de una película para
tener un concepto sobre su tema principal.
Para cumplir con esta etapa, se puede hacer uso de los siguientes procedimientos:
·
Leer títulos y subtítulos.
·
Revisar el resumen (si existe).
·
Ver rápidamente todo el contenido.
·
Leer las ideas principales.
·
Observar gráficos e ilustraciones.
·
Contar las hojas del tema.
2- Planteamiento de
interrogantes: aquí se realiza el
cuestionamiento del tema y el acercamiento activo al contenido. Los interrogantes ayudan en el aumento de
interés, la concentración e indican qué se debe buscar en cada sub. tema,
oración, párrafo y qué se tiene que
detallar más a lo largo del estudio.
3- Lectura dinámica: es la captación del mensaje del autor. Lograr la máxima comprensión es el propósito
fundamental de la lectura de estudio;
su eficacia va a depender de la
percepción visual y comprensión
mental. Es la oportunidad de ordenar, resumir y asociar ideas; proceso
que incluye reflexión y comprensión del tema. Es frecuente observar en los discentes (estudiantes), que inician la lectura sin previa reflexión, se sumergen en la lectura, sin saber qué buscan; no trabajan
por algo determinado ni consideran qué es lo importante. En otras palabras, su lectura no es
dinámica.
La comprensión elemento
clave en el proceso de estudio,
requiere del máximo de concentración y actividad mental. Para entender lo que se lee es muy aconsejable:
·
Leer todo el texto con sentido completo.
·
Seleccionar las palabras desconocidas y
buscar su significado en el diccionario (anotarlos).
·
Leer de nuevo todo el texto incluyendo materiales gráficos.
·
Subrayar las ideas principales y
secundarias.
·
Sacar conclusiones.
4- Resumen escrito u
oral: reconstruir el tema con las
propias palabras, es decir realizar una autoevaluación del aprendizaje
logrado; para resumir en forma
adecuada se deben respetar los
siguientes rubros:
·
Subrayar las ideas y palabras claves.
·
Sintetizar con base en las ideas
principales.
·
Hacer esquemas o cuadros comparativos.
·
Organizar los esquemas de tal manera que se pueda ver la
estructura, sus partes y sus relaciones.
5- Repaso: es leer rápidamente el resumen para recordar
lo estudiado. El repaso fortalece el recuerdo y garantiza una mejor asimilación de los contenidos. Si no se efectúa el repaso, se olvida la mayor parte de lo
asimilado. Un buen procedimiento de
repaso es:
·
Leer el esquema o resumen.
·
Reproducir el esquema sin mirar los apuntes y verificar si está
correcto.
·
Realizar un autoexamen.
Finalmente se ingresa en
la etapa de aplicación, etapa que
integra la complementación y la práctica que conducen al análisis, comparación
e investigación. Aquí se utiliza lo
aprendido y estudiado, a la vez que se relacionan esos nuevos
conocimientos con ideas tomadas de
otras áreas o lecturas anexas.
A pesar de los avances
que se han producido durante las últimas décadas en el mundo de la docencia
(pedagogía), una parte importante de los adolescentes siguen sin saber
estudiar, y desconocen que sus resultados académicos mejorarían extraordinariamente
con poner, un poco de orden en sus
horas de estudio.
Algunas consideraciones
básicas para tomar en cuenta:
Es necesaria una previa
preparación antes de iniciar a estudiar, no por el hecho de estar hasta altas
horas en el cuarto se rinde más. Puesto
que muchos estudiantes pasan las dos primeras horas haciendo punta a los
lápices, lo cual no solo les quitará
las ganas de estudiar, sino que además se habrá perdido el tiempo inútilmente.
Planificar las horas de
estudio es el siguiente paso para comenzar a estudiar correctamente, esta
planificación debe tocar varios aspectos o puntos. Es importante marcarse o fijarse objetivos y distribuir el tiempo
disponible hasta elaborar su propia
agenda de trabajo u organización del tiempo.
De igual forma la
motivación personal, jugará un papel fundamental. Es el mismo estudiante quien debe decidir que no debe levantarse de la mesa de estudio
hasta haber realizado todas las tareas
o trabajos pendientes. Ya que si es
obligado por alguno de sus padres u otra figura de autoridad, el estudio no dará el resultado esperado.
Es un hecho cotidiano
que los alumnos y alumnas tienen poco hábito de estudio, precisamente por ello, la concentración es
tan importante como la planificación.
Un ejemplo: es estudiar todos los días a la misma hora, sacando así mayor
provecho a sus horas de trabajo.
Es necesario que el
joven estudiante cumpla estrictamente con su horario o planificación, además deberá evitar todos los elementos que
le puedan desconcentrar: la música, el
teléfono, el televisor, los posters, los ruidos extremos… todos ellos son malos consejeros a la hora
de estudiar.
Se deben realizar
pequeños descansos, por ejemplo por
cada hora de estudio entre 5 o 10 minutos máximo de descanso. Sin caer en la tentación de sentarse (en
su descanso), frente al televisor, ya que este tipo de entretenimientos
provocan que la capacidad de concentración sea menor.
|
Por otro lado es
fundamental analizar que la motivación es un móvil que produce aumento o
disminución de esfuerzo en una tarea.
Se está motivado hacia el estudio cuando se conoce la utilidad presente
y futura del aprendizaje. El único
obstáculo del éxito es el pensamiento pesimista y la imagen mental negativa.
Además contribuyen la
atención y la memoria, en la producción del aprendizaje. Saber concentrarse, es el secreto para
obtener un rendimiento óptimo y una fatiga mínima. La diferencia entre estudiantes lentos y rápidos radica en la capacidad de
concentración. Los alumnos (as) más lentos atienden varios
asuntos al mismo tiempo, su mente está dispersa; los más rápidos, se enfocan en
el tema y en consecuencia su rendimiento es mayor. La atención tiene una gran dependencia de voluntad y una fuerte
relación con el interés.
La buena alimentación del alumno, el control de las
posturas, la actividad y el descanso físico, son factores que favorecen la
concentración del estudiante y que se
deben considerar antes de iniciar una
sesión de estudio provechosa. Saber en qué horas se rinde más, (por la tarde
cuando llega, por la noche, o por las mañanas antes de ir a clases) favorece la
implantación de un horario personal de trabajo.
Empero, a la atención se
contrapone la distracción y sus causas.
La distracción es la desviación de la atención que dificulta la concentración
sobre un tema determinado. El origen
puede ser externo o interno.
Externo: Atracción de estímulos ambientales
diversos; la interferencia de ruidos,
temperatura muy elevada o demasiada baja, falta de iluminación y ventilación.
Interno:
Depende de la persona y puede ser biológico y psicológico. La falta de voluntad, desinterés, fatiga,
deficiencias alimenticias y enfermedades, son factores que propician la
desatención.
¿CÓMO POTENCIAR LA MEMORIA?
•Las imágenes mentales ayudan a
recordar.
•La relajación ayuda a memorizar,
la tensión es un obstáculo.
•La repetición es un factor
importante en el estudio.
•Lo agradable se recuerda
mejor. Intenta que el estudio sea agradable y motivador.
•La organización y
clasificación facilitan el recuerdo.
•No acumular demasiada materia para última hora.
•Estudiar de forma activa
mejora la concentración y la memoria.
•Se debe comprender antes de memorizar.
•Es más fácil memorizar cuando
se está descansado.
•Utilizar
varios sentidos.
Recomendaciones para el estudiante:
Recomendaciones a los padres y madres de familia:
"En la naturaleza, no hay castigos ni premios, sólo
consecuencias." |
Colaboración de:
Máster
Natalia
Calderón Astorga.
Licenciada en Educación.
Especialista
en Dificultades del Aprendizaje.
Terapeuta
de Lenguaje.
¡Con pequeños pasos, grandes avances…!
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